Tras años de tensiones, el presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo ruso, Vladimir Putin tuvieron un acercamiento para iniciar el deshielo. El lugar elegido fue el Fuerte de Brégançon, residencia de verano de los jefes de Estado franceses, ya que ofrece un ambiente más relajado y propicio para entablar un diálogo directo.
Putin llegó en helicóptero y la reunión empezó directamente con una declaración conjunta que tuvo como protagonistas la crisis ucraniana, el conflicto sirio, el pacto nuclear iraní o la situación en Libia.
La intervención de Macron dejó clara su intención de no apartar a Rusia del diálogo multilateral.
“Rusia es europea. Creemos en esta Europa que va de Lisboa a Vladivostok. Debemos reinventar una arquitectura de seguridad y confianza entre la Unión Europea y Rusia, y Francia tiene un rol que desempeñar”, dijo.
Esta reunión se da en vísperas de la reunión del Grupo de los siete, que inicia en Francia este sábado, una cumbre de la que Moscú está excluida tras la anexión de Crimea en 2014.
“Hay cosas que son dignas de discusión y que provocan un optimismo prudente”, señaló Putin sobre sus últimas conversaciones con él.
Por su parte, Macron propuso celebrar en las próximas semanas una reunión dentro del formato de Normandía, en el que también están Alemania y Ucrania, para desbloquear la situación.